jueves, 11 de febrero de 2010


Durante la vida pasás muchas etapas, unas te gustan y otras no tanto; unas te dan sonrisas y otras sólo lágrimas. Unas te hacen pensar en lo que diste, otras te hacen verte y ver que cambiaste. Reconozco que no me gusta todo lo que tengo y no tengo todo lo que me gusta. Pasa el tiempo y vas dando forma a la persona que pretendés ser, ves como sabés dar y recibir. Como perdonás y sos perdonada, pero no todo es siempre bueno. Con el paso del tiempo llegás a momentos en los que ves como cambiás, y cómo lo hacés en circunstancias que no esperabas. Nos pasamos la vida soñando lo que queremos y recibiendo lo que nos toca; algunas cosas son más buenas de lo que esperabas y otras peor de lo que imaginabas. Sos como querés ser, pero no siempre ves que debés ser así. Cansa soñar y ver que la realidad no es un sueño; cansa ilusionarse y ver que las ilusiones se alejan y desaparecen igual que las personas que formaron tu vida. Y por eso aunque duela, hay que darse cuenta que se debe ser más fuerte con uno mismo y con los demás, y volver a la realidad.
Las cosas siempre cambian. Te das cuenta de que debés pensar menos en todo y disfrutar más que nada, eso es la vida.

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